El turismo religioso es la mejor manera de conocer el origen de las culturas y la historia de los países. Para comprender la historia, es necesario un paseo por la religión, conociendo así las tradiciones de las sociedades que se visitan y entender el mundo tal y como es hoy. De todos los referentes de movilidad del mundo del turismo, el peregrinaje fue el primero de
todos. Hace más de 2000 años, miles de griegos caminaban a la ciudad de Olimpia para acudir a los Juegos Olímpicos. En el siglo VI, las primeras peregrinaciones a Tierra Santa denotaban el ya fuerte componente religioso de estas rutas y, para la época medieval, las travesías a Santiago de Compostela o La Meca confirmaron el auge de los viajes “transformadores”. En la peregrinación se establece una correspondencia entre lo terrenal y
lo sagrado. El esfuerzo físico para lograr la meta es una metáfora del viaje espiritual del ser humano, lleno de sacrificios y renuncias, para alcanzar la renovación del espíritu, la gloria, el paraíso o la salvación eterna según la creencia de que se trate.

Actualmente, el turismo religioso es uno de los nichos del mercado turístico en desarrollo y crecimiento. Los principales destinos de esta tipología turística son los lugares santos que representan lugares de devoción y de peregrinaje, así como sitios destacados por su singularidad histórico-cultural. Si analizamos el peregrinaje en tiempos actuales, podemos
encontrar que algunos viajeros lo conciben como una prueba de fe, mientras que otros lo ven como una oportunidad de aprovechar el recorrido para vivir una experiencia única aproximándose a un entorno de forma más local, improvisando sobre qué será lo próximo que haga en los próximos días de su viaje.
Ahora, es necesario preguntarse si las peregrinaciones también formarán parte del turismo en un futuro post-Covid 19. Si se presta atención a las señales del panorama turístico actual, apostar por las peregrinaciones como tendencia post-Covid 19 no resulta una idea tan disparatada. En un momento en el que, al igual que las peregrinaciones, hay una tendencia a
la incertidumbre, realizar un viaje así supone una aventura impredecible. Si a ello sumamos las diferentes predicciones del turismo según los expertos , la peregrinación, sea bajo un interés religioso o no, encaja dentro de las posibles tendencias futuras ya que elimina las barreras de horarios y circuitos exhaustos para visitar todas las atracciones de un destino, es una actividad que se desarrolla casi en su totalidad al aire libre, y fomenta una mayor concienciación ambiental sin necesidad de tomar medios de transporte de forma constante.
Por lo tanto, según el sociólogo Javier Arenas, las nuevas peregrinaciones acercan una serie de valores considerados positivos al público de una manera en la que puede ser consumido con facilidad. Son viajes más cortos (o no necesariamente tan largos) y adaptados perfectamente a los deseos de cada viajero.